sábado, 18 de junio de 2011

He perdido una batalla, no la guerra.

Cuando un alto muro te frena, hace que te detengas inevitablemente, dejándote frustada en la otra punta, sin poder dar un paso más, esa fría pared que oculta lo que hay más allá, cegando tu futuro.
Y entonces la rabia sacude tu cuerpo y hace que quieras cambiar eso que no te deja avanzar, que te presiona contra la asfixiante realidad. 
Luchas, te esfuerzas por derribar esa valla. Haces todo lo que está en tu mano, para intentar rozar con la punta de tus dedos tu sueño, tan etéreo e irreal. 
Pareces que llegas alto, una simple ilusión metida en tu cabeza, sueñas con alcanzar la cima...has llegado hasta tan lejos que al final la caída es devastadora. Y caes, bajo. 
Y te das cuenta de que aunque te has esforzado la barrera sigue ahí, imperturbable e inquebrantable.
Caes en la cuenta de que esto no es una película, no es una fantasía... es la vida real, donde verdaderamente a veces a pesar de que lo des todo no vas a conseguir lo que te propones. A veces caerás, otras veces disfrutaras de la dulce gloria de estar en las nubes.
Tan solo... ten siempre en cuenta: He perdido una batalla, no la guerra.
Nunca dejes escapar lo que deseas, aunque caigas en lo más profundo, aunque el sabor de la derrota nuble tus sentidos y no te queden fuerzas ni siquiera para pensar en volver a intentarlo.
No pierdas la esperanza... porque a todo ser humano le espera un destino incierto que terminará por sorprendernos de alguna forma inesperada.
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  ~ He perdido una batalla, no la guerra ~

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